jueves, 7 de octubre de 2010

Cuevas Altamira

Cuevas Altamira


Historia

Marcelino Sanz de Sautuola descubrió las cuevas en 1879. Las pinturas de Altamira, descubiertas por María Faustina Sanz Rivarola, su hija pequeña, fueron halladas cuando seguía a su perro, que se coló en la cavidad. Fueron el primer conjunto pictórico prehistórico de gran extensión conocido en el momento. Tal descubrimiento determina que el estudio de la cueva y su reconocimiento levantó toda una polémica respecto a los planteamientos aceptados en la ciencia prehistórica del momento.
El realismo de sus escenas provocó, al principio, un debate en torno a su autenticidad. Su reconocimiento como una obra artística realizada por hombres del Paleolítico supone un largo proceso en el que, también, se van a ir definiendo los estudios sobre la Prehistoria.
Su primer defensor fue el propio Marcelino Sanz de Sautuola. Su valor será avalado por los frecuentes hallazgos de otras piezas de arte mueble similares en numerosas cuevas europeas. A finales del siglo XIX, principalmente en Francia, se descubrieron pinturas rupestres innegablemente asociadas a las estatuillas, relieves y huesos grabados aparecidos en niveles arqueológicos paleolíticos, unidos a restos de animales desaparecidos (mamut, reno, bisonte, etc.)
Los primeros datos concernientes a la actual Etiopía proceden de mercaderes egipcios que la visitaron desde el año 3000 a. C., quienes dan a esta tierra, al sur de Nubia y de Kush, los nombres de Punt y Yam. Eran la "tierra de los dioses", donde los egipcios se proveían de perfumes tales como incienso y mirra, así como de ébano, marfil y esclavos. La expedición de la que existen más datos es la organizada por la reina Hatshepsut, en el siglo XV a. C., para obtener mirra. 

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